Con esto del confinamiento algunos tenemos un poco más de tiempo libre para reflexionar sobre qué nos deparará el futuro y, basándome en los medios de comunicación e internet, se puede decir que lo que nos preocupa en la actualidad es si la sociedad ha aprendido algo a nivel social, económico y político después de la COVID-19[1].
Despiertas estas inquietudes y tras ver como en estos días nuestro planeta, por fin, está empezando a respirar gracias al parón de la producción de la industria, en general, y de la moda, en particular, he querido reflexionar sobre la forma de consumismo textil que a partir de ahora podemos adoptar.

Hay que saber que hoy en día existe una gran variedad de opciones de producir y comprar moda desconocida para muchos de nosotros y que, además de ofrecer todo tipo de estilos y diseños, son respetuosas con el medioambiente (o como se diría en inglés, Environmentally friendly, eco-friendly o nature-friendly). En concreto estoy hablando de la slow fashion o moda sostenible, es decir, una tendencia cuyo principal objetivo es consumir moda de forma responsable, sostenible, ecológica, orgánica y respetando los derechos humanos y las condiciones laborales de quienes participan en su fabricación.
Este término fue creado en 2007 por Kate Flecher, profesora de Sostenibilidad, Diseño y Moda en el Centre for Sustainable Fashion en Londres. La slow fashion ganó notoriedad a raíz de la tragedia que tuvo lugar en Bangladesh en 2013 donde murieron miles de personas a causa del derrumbamiento de un edificio donde se fabricaban prendas a nivel industrial sin cumplir con las medidas básicas de seguridad. Por ello, tanto las grandes firmas como los consumidores empezaron a tomar conciencia de la situación dando lugar a un mayor crecimiento de la moda sostenible. Este movimiento global fue llamado Fashion Revolution.
A diferencia de la fast fashion o moda industrializada, la slow fashion pretende reducir el impacto del sector de la moda a nivel social, medioambiental y económico mediante el uso de materiales naturales, orgánicos, sin pesticidas ni productos químicos para darle una mayor calidad y durabilidad a las prendas producidas. Además, utilizando este tipo de materiales se consigue que los residuos que se generen tarden menos en desintegrarse en el medioambiente.
TIPOS DE MODA SOSTENIBLE
Existen varios términos derivados de la moda ética o sostenible dependiendo del tipo de prenda del que estemos hablando:
- Moda orgánica: Es aquella que produce prendas únicamente con productos naturales, sin químicos ni sustancias tóxicas. Este tipo de prendas, además de ser respetuosas con nuestra salud, están garantizando que los productores regeneren los cultivos de forma natural o contribuyan a mantener la fertilidad de los suelos.
- Moda ecológica: Es aquella que usa tejidos naturales, sin emplear productos químicos, pesticidas, fertilizantes, tintes ni otras sustancias tóxicas. La diferencia principal con respecto a la moda orgánica es que la ecológica, además, controla que los productores respeten las condiciones de trabajo de las personas que confeccionan las prendas.
- Moda sostenible: Es aquella que produce prendas que han sido creadas respetando al máximo el medio ambiente usando materiales reciclados o reutilizados, tintes vegetales y energías renovables, así como usando una materia prima libre de tóxicos.
- Moda de comercio justo: Es aquella que garantiza que las condiciones de trabajo de las personas que han trabajado para su creación han tenido unas condiciones dignas en cuanto a salud, seguridad y salarios.
- Moda vegana: Es aquella cuyo objetivo principal es no involucrar a animales en ninguno de los procesos de su creación. Es decir, en este tipo de moda no se utiliza ningún producto animal (ni ningún derivado) para su creación lo que no quiere decir que la moda vegana garantice que la prenda sea sostenible, ecológica u orgánica, o de comercio justo.
CERTIFICACIONES DE MODA SOSTENIBLE
Como consumidores, debemos saber que existen varios organismos encargados de controlar las producciones de ropa y así vigilar que éstas sean respetuosas con el medioambiente. A través de estos organismos, los productores pueden recibir las certificaciones necesarias para garantizar al consumidor final la sostenibilidad de las prendas fabricadas. Estos son algunos de los organismos más destacados y reconocidos:
- Fair Wear Foundation: Esta organización se dedica defender los derechos humanos mediante un Código de Prácticas Laborales. La base de este código está compuesto por ocho normas laborales establecidas a partir de los convenios de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos.
- Fairtrade International: El estándar Textil Fairtrade es uno de los componentes del “Programa Textil Fairtrade” para facilitar el cambio en las cadenas de suministro textil y las prácticas comerciales relacionadas a esta. Es decir, una prenda etiquetada con el nombre Fairtrade es una prenda producida por una firma cuyos productos han sido creados por pequeños productores, los beneficios se reparten de manera equitativa dentro de la organización, las condiciones de trabajo son dignas y respetan el precio justo, la transparencia y la legislación medioambiental.
- OEKO-TEX: Se centra en certificar que las prendas no se han fabricado con sustancias peligrosas, ni tintes tóxicos ni otras sustancias cancerígenas o dañinas para el cuerpo humano, protegiendo así la salud del consumidor, especialmente para prevenir reacciones adversas a la salud inducidas por los textiles.
- STEP de OEKO-TEX: La Producción Sostenible de Textiles (STeP) establece los requisitos para la gestión ambiental de todo el proceso de producción.
- Nordic Swan: Nordic Swan es un sistema de ecoetiquetado voluntario que evalúa el impacto del producto en el medioambiente a lo largo de todo el ciclo de vida, considerando el uso de energía y agua, los tipos de productos químicos utilizados, el reciclaje y la reutilización de los residuos.
- Global Recycle Standard (GRS): Su objetivo principal es asegurar el contenido reciclado en un producto.
- GOTS: Es “la norma líder mundial en el procesamiento de textiles hechos con fibra orgánica, que incluye criterios ecológicos y sociales, y sustentada por certificaciones independientes en toda la cadena de provisión textil”, según su página web.
- Ecolabel: La etiqueta ecológica de la UE es un sistema voluntario para alentar a las empresas a comercializar productos y servicios más respetuosos con el medioambiente.
- Cradle to Cradle: Es un estándar de calidad que evalúa la seguridad de un producto para los seres humanos y el medio ambiente, así como su diseño para la reutilización de materiales, a través del reciclaje o el compostaje.
- Blue Sign: La norma se basa en cinco principios: productividad de los recursos, seguridad de los consumidores, emisiones atmosféricas, emisiones de agua y salud y seguridad en el trabajo.
- Der Blaue Engel (Ángel Azul): La norma se basa en cuatro principios: mejorar las normas ambientales en el proceso de fabricación, mejorar la seguridad y salud en el trabajo, evitar sustancias químicas nocivas en el producto y una buena usabilidad.
- PETA Cruelty Free: Corresponde a las siglas People for the Ethical Treatment of Animals (en español, Personas por el Trato Ético de los Animales) y su eslogan es “Animals are not ours”, es decir, “Los animales no son nuestros”.

ACCIONES PARA PROMOVER LA MODA SOSTENIBLE
Según Green Strategy, estos serían los 7 mandamientos que se recomienda seguir para incorporar la slow fashion en nuestra vida diaria:
1.- Adquirir ropa fabricada de manera ética y sostenible.
2.- Donar las prendas que ya no se utilicen y comprar ropa de segunda mano o vintage, es decir, aquellas prendas que, aún sin considerarse antigüedades, han mejorado o se han revalorizado con el paso del tiempo.
3.- Alquilar, prestar o intercambiar ropa.
4.- Customizar, reparar o hacer upcycling con tu ropa. Es decir, antes de tirar la ropa, intentar darle una segunda oportunidad a aquellas prendas que se puedan reciclar creando nuevos accesorios, elaborando otros objetos o encontrando un nuevo uso a las telas, por ejemplo.
5.- Comprar ropa ética y justa, local y hecha a mano.
6.- Invertir en prendas de gran calidad y cuyos diseños no pasen de moda, como por ejemplo una chaqueta de Chanel, unos stilettos, una camisa blanca, un LBD (Little Black Dress) o Petite Robe Noire, entre otras.
7.- Crear un armario de prendas hechas a partir de pedidos personalizados. Es decir, se trata de adquirir ropa elaborada por un(a) sastre/modista o prendas a medida hechas por ti (DIY – Do it Yourself).

Como prueba de este cambio de concienciación a favor de la moda sostenible, el programa “Maestros de la Costura” emitido en La 1, ha dedicado en su tercera edición un gran espacio del talent show a informarnos sobre este movimiento. Pues han promovido en diferentes pruebas el reciclaje de ropa a partir de prendas usadas, la confección de nuevas prendas a partir de ropa donada y la creación de prendas clásicas y de calidad que perduren en el tiempo y en la moda.
Por otro lado, muchas de las grandes firmas ya están mejorando su índice de transparencia promoviendo este movimiento mediante diferentes proyectos: cambiando los modelos de fabricación, mejorando las condiciones de producción, invirtiendo en el procesamiento de nuevos tejidos sostenibles, etc. En conclusión, parece que poco a poco todos vamos tomando conciencia de que tenemos que cambiar nuestros hábitos para cuidar el planeta. Y tú, ¿te unes a la Slow Fashion?

Si quieres saber más sobre este tema, a continuación te dejo unos enlaces de referencia:
– http://www.slowfashionspain.com/
– https://www.fashionrevolution.org/
– https://www.greenstrategy.se/en/8
[1] Nota: La RAE publicó el 18/09/20 en su página web las pautas a seguir sobre la escritura de los términos “coronavirus” y “COVID-19”. Para este último la Academia ha decidido darle el género femenino al tratarse de un acrónimo creado a partir de la fórmula COronaVIrus + Disease ‘enfermedad’ + [20]19 (véase https://www.rae.es/noticias/crisis-del-covid-19-sobre-la-escritura-de-coronavirus).
Un comentario en “Por una moda sostenible”