Expresiones y moda

Según el diccionario de la RAE, la “jerga” es una tela gruesa y tosca, pero también se define como un lenguaje especial y no formal que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios. Este es solo un ejemplo de los muchos términos textiles que pueden cambiar totalmente de significado según el contexto que empleemos. En esta nueva entrada se quiere destacar la riqueza de la lengua española en expresiones cotidianas plagadas de términos y frases procedentes del sector textil.

Para comprender cada una de las siguientes expresiones o locuciones verbales, se ha buscado su origen en la Historia y en las costumbres sociales tradicionales españolas. A continuación, se explicará el origen y significado de una serie de expresiones españolas compuestas de términos textiles.

  • A buenas horas mangas verdes: Esta expresión tiene su origen en el siglo XV, cuando Isabel la Católica creó el primer cuerpo policial de España: la Santa Hermandad. Sus integrantes, uniformados de verde, se ganaron la mala reputación de llegar siempre tarde a la hora de realizar sus diligencias. Por eso, en la actualidad, cuando una persona llega tarde se dice “a buenas horas mangas verdes”.
  • A calzón quitado: Según la RAE esta expresión significa “sin empacho, descaradamente” y se usa para indicar que algo se hace o se dice sin tapujos ni engaños, de forma valiente. Proviene del Siglo de Oro, época en la hubo una corriente literaria en la que se decía lo que se pensaba sin engaños. En esta época los hombres llamaban a sus pantalones calzón y de ahí que se utilizara esta expresión para indicar que algo se hacía o decía al desnudo. En aquella época se hacía referencia a los enfrentamientos de hombres cuerpo a cuerpo, más conocidos como lucha greco-romana, que ya solían hacerse sin ropa en la Antigüedad. 
  • A capa y espada: Esta expresión aparece ya en El Quijote, de Miguel de Cervantes. Es la forma en la que luchaban los caballeros cuando se veían en trance de pelear. Para ello se liaban la capa en el brazo izquierdo para parar los golpes, mientras manejaban la espada con la diestra. De esa forma valiente de afrontar los lances, propia de los caballeros, deriva la frase, que se aplica actualmente a toda defensa decidida y con empeño que hacemos de algún negocio o persona.
  • Andar algo manga por hombro: En ciertos trabajos de sastrería donde el sayo estaba tan  mal cortado que las mangas solamente llegaban hasta el hombro. Con esto se da a entender el descuido de algunas casas, donde todo anda sin regla, con cierto desorden ni proporción.
  • Apretarse el cinturón: La expresión “apretarse el cinturón” se utiliza cuando es necesario ahorrar, reducir gastos y economizar, es decir, se produce en tiempos de crisis económica. Durante este periodo la gente ahorra mucho, no consume y, entre otras cosas, come menos por lo que adelgazan y se ven obligados a apretarse el cinturón a falta de no poder permitirse adquirir ropa nueva.
  • Arrojar/recoger el guante: Era una señal de desafío entre los hidalgos y caballeros de pasadas épocas. El retador arrojaba el guante para plantear el desafío, generalmente por razones de honor, y el retado lo recogía en señal de aceptación. La práctica de antaño ha desaparecido pero ha sobrevivido la expresión “arrojar el guante” como señal de desafío y la de “recoger el guante” como aceptación del reto.
  • Cambiar de chaqueta/ser un chaquetero: Se dice que alguien es un “chaquetero” para referirse a una persona que cambia radicalmente de posición política, de bando, de equipo, etc. La expresión tiene un origen militar pues cada facción o ejército combatiente se distinguía por la casaca que llevaban sus soldados sobre la cota de mallas o la armadura. Cuenta la Historia que en las numerosas guerras de religión que tuvieron lugar en Francia durante el siglo XVI, los católicos llevaban estas casacas con cruces rojas, mientras que los calvinistas las llevaban completamente blancas. Para engañar al enemigo, los unos y los otros se daban la vuelta a la casaca, pues por el revés la llevaban blanca o con una cruz, según fueran calvinistas o católicos.
  • Comer de gorra: Este dicho nos remonta a la época en que los estudiantes vestían de capa y gorra. Como muchos de ellos provenían de lugares distantes de las grandes ciudades, no tenían dónde recurrir cuando aparecía la hambruna. Por eso, debían agudizar su ingenio para poder llevarse algo al estómago. Uno de los recursos era colarse  en las fiestas de bautismos, cumpleaños o casamientos importantes, repartiendo reverencias y ceremoniosos saludos hechos con la gorra y permaneciendo mudos y aislados durante la celebración para no ser detectados por los anfitriones, pero dando cuenta de los apetitosos manjares que se servían en la ocasión. A esta clase de «invitados» se les llamaba despectivamente capigorrones, de donde surgió la expresión comer de gorra y el término «gorrón», es decir, el que tiene por hábito comer, vivir, regalarse o divertirse a costa ajena.
  • Como un descosido: Como le ocurre a la pieza de telas a la que se le ha soltado el hilo que lo mantenía unido al resto de la pieza o a otra. Este descosido provoca en la prenda un desorden o una incoherencia. De ahí, cuando uno hace algo como un descosido significa hacer las cosas a lo loco, sin orden, en exceso
  • Dar un braguetazo: El origen lo encontramos en unas leyes promulgadas por los reyes castellanos con la finalidad de aumentar la población y el ejército de la Corona, mediante la cual si un hombre tenía 7 hijos varones dentro de un legítimo matrimonio se le concedería la hidalguía, y todos los privilegios que ello conllevaba en cuanto a exención de impuestos, cargas y rentas. Los hidalgos de sangre comenzaron a llamarlos despectivamente con el término ‘hidalgo de bragueta’ y por eso, hoy en día, se dice que “alguien ha dado un braguetazo” cuando repentinamente sube de nivel económico y/o social mediante el matrimonio.
  • Estar como un niño con zapatos nuevos: Durante la II Guerra Mundial una de las primeras industrias que se dedicó al 100% a la fabricación de material para la contienda fue la de la zapatería. Desde febrero de 1940 hasta casi el final de la guerra todas las fábricas se dedicaron a la producción de botas militares. Al terminar la guerra una de las primeras marcas de zapatos que floreció en Inglaterra llevaba por nombre “New”, por lo que su eslógan era, sencillamente “Merrier than a boy with New shoes”(Más feliz que un niño con zapatos Nuevos). La expresión se hizo tan popular que se expandió rápidamente a todos los países europeos, incluso más allá del Telón de Acero.
  • Hacer de su capa un sayo: Una capa es una prenda sin mangas cuyo sostén son los hombros y un sayo una prenda de vestir holgada y sin botones que cubre el cuerpo hasta la rodilla. Es decir, dos prendas que no tienen nada que ver. Convertir una en otra no es cuestión fácil por lo que se dice que aquel que convirtiera su capa en un sayo tendría sus razones para hacerlo pero casi nadie las comprendería. Por eso, hoy en día esta expresión se refiere a aquel que obra con total libertad en asuntos que le atañen directamente.
  • Hay ropa tendida: Esta expresión proviene de un recurso entre presos, que intercalaban esta frase en la conversación cuando se acercaba algún funcionario de la prisión. Por eso hoy se utiliza en una conversación cuando uno de los dos interlocutores quiere decir al otro que no deben seguir hablando de un cierto tema porque hay alguien presente (la ropa tendida) que no debe escuchar o enterarse de dicho tema.
  • Hilar muy fino: Tratar con mucho cuidado algún asunto delicado o deducir o imaginar cosas extremadamente complicadas son los significados de esta expresión. Su origen viene de los bordados de calidad que antiguamente se hacían con hilo muy fino y con suma delicadeza.
  • Irse a hacer puñetas: Las puñetas son los encajes que llevan algunas prendas en las mangas. En la actualidad las podemos encontrar en las togas de los juristas, en las túnicas de los sacerdotes al realizar los oficios o en los atuendos de algunos cargos universitarios. Especialmente en la antigüedad, los bordados que se podían ver en algunas de ellas, eran de tal detalle y carga ornamental, que su confección, realizada a mano y con aguja e hilo, era una tarea muy laboriosa y lenta. Dado el elevado tiempo que se tardaban en realizar, mandar a alguien a hacer puñetas se convirtió en una manera para desear que alguien estuviera largamente ausente para evitar tenerlo en nuestra presencia.
Puñeta
  • Irse de picos pardos: En su origen, esta expresión significó irse con una prostituta, porque la ley obligaba a estas mujeres a usar jubón de picos pardos para distinguirlas del resto de féminas. Hoy en día la utilizamos para decir que alguien se va de juerga.
  • Quedar como un guante: Se usa cuando nos referimos a que la ropa, o alguna prenda, que viste una persona le sienta muy bien y parece haberle sido hecha a medida. Se utiliza esta prenda para hacer dicha comparación ya que se adapta perfectamente a la forma de la mano.
  • Llevar los pantalones: Aunque esta expresión puede ser comprendida como machista, se sigue utilizando en la actualidad en España. Tradicionalmente, los hombres siempre han llevado pantalones y las mujeres falda y el hombre, dado que España siempre ha vivido en una sociedad patriarcal, era quien tomaba las decisiones más importantes y quien tenía más autoridad frente a la mujer. Llevar los pantalones significa tener el mando, la persona que da órdenes, que tiene el poder o que tiene la última palabra. Se suele usar cuando se habla de quién es que toma las decisiones en una familia. 
  • Meter a alguien en cintura: La cintura es también la cinta o pretina con que las damas solían apretar duramente la cintura para hacerla más delgada y corregir la postura. Por ello, la expresión “meter a alguien en cintura” significa hacer que una persona obedezca o haga lo que se cree conveniente, normalmente por medio de una educación severa.
  • Meterse en camisa de once varas: Durante el medievo, los lienzos con que se manufacturaba la ropa se medían en varas, una unidad que equivale a 0,835 metros. Una tela de once varas (poco más de 9 metros) se percibía como muy larga, de tal manera que meterse en camisa de once varas figuraba vestir una prenda exageradamente holgada. La locución tuvo su origen en el ritual de adopción de un niño, en la Edad Media. El padre adoptante debía meter al niño adoptado dentro de una manga muy holgada de una camisa de gran tamaño tejida al efecto, sacando al pequeño por la cabeza o cuello de la prenda. Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada. La vara era una barra que servía para medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar la dimensión de la camisa.
  • No dar puntada sin hilo: Significa obrar siempre con una segunda intención y de manera calculada, en busca del propio beneficio o provecho. En la costura una puntada sin hilo es inútil y no reporta provecho o trabajo realizado. El hilo es símbolo del meollo y la existencia de un elemento material para nuestros fines.
  • No soltar prenda: Negarse alguien a revelar un secreto o información, ni aun siendo presionado para ello, manteniendo absoluto silencio al respecto. Con frecuencia se usa en relación con informaciones que pueden resultar comprometedoras para quien las dice. En su significado original, se entiende por «prenda» un objeto cuyo propietario utiliza como garantía para el pago de una deuda o cumplimiento de una obligación. En este modismo, el vocablo se emplea en sentido metafórico para indicar algo que si alguien «soltase», entrañaría consecuencias negativas para esa persona.
  • Pagar a escote: La palabra escote es conocida generalmente para designar la parte del cuello y pecho de las mujeres que queda visible en una camisa o traje Sin embargo esta expresión proviene del verbo escotar y éste a su vez del francés antiguo escot, con el significado de ‘contribución de dinero’ y del término germano skot, ‘tributo’. De esta segunda acepción proviene la expresión «pagar a escote», que quiere decir pagar una cuenta, de una comida por ejemplo, entre todas las personas que hayan participado, contribuyendo cada una con la misma cantidad de dinero.
  • Pegar la hebra: Es unir los extremos de una porción de hilo con otra, de tal manera que se cose de manera continuada sin necesidad de parar para enhebrar de nuevo la aguja. En los talleres de costura era muy habitual mantener conversaciones entre sastres, costureras y modistas, durante toda la jornada laboral. De ahí que se diga “pegar la hebra” cuando entablamos una conversación o la alargamos demasiado. Esta expresión también da pie al uso de la locución perder/coger el hilo de la conversación.
  • Poner en tela de juicio: La palabra latina tela, del latín telum, hacía referencia a un lugar cerrado donde se desarrollaban discusiones. «Tela» era la valla de madera que se solía construir en la liza para evitar que los dos caballos se topasen en las justas. Este significado de tela también se usó para referirse al sitio cerrado dispuesto para lides públicas y otros espectáculos y debates públicos o juicios. De éstos últimos se derivó la expresión estar en tela de juicio, que utilizó el antiguo Derecho Procesal para dar a entender que un asunto estaba pendiente de averiguaciones previas antes de tomar una decisión.
  • Ponerle a uno como chupa de dómine: Hace referencia al blusón (chupa) que llevaban un tipo de clérigos dedicados a la primera enseñanza. La pobreza de los que se dedicaban a ello era proverbial. Esta pobreza acabó atrayendo menosprecio, burla y escarnio. Además de pobres, tenían fama de sucios y desarrapados. Por eso esta expresión significa hoy en día «ponerle a uno verde».
  • Ponerse las botas : Este dicho surge en paralelo al nacimiento de este tipo de calzado, que comenzó siendo exclusivo de las clases más altas. Quienes calzaban botas, llevaban sus pies bien resguardados del frío y disfrutaban de mejores condiciones sociales que el resto, por lo que se asoció el hecho de ponerse las botas con disfrutar de recursos en abundancia. Hoy en día utilizamos la expresión «ponerse las botas» para indicar que se ha comido mucho y en abundancia.
  • Liarse la manta a la cabeza: Expresión acuñada durante la batalla de Cuarte en el 1094. La ciudad, que había sido prácticamente sitiada por los almorávides, contaba con la espléndida defensa de Rodrigo Díaz de Vivar. El Cid, que sabía que la ciudad no podría resistir mucho más el asedio, decidió que sólo había una solución, que era la de un ataque inesperado a las tropas acampadas a las puertas de la ciudad. Para ganar tiempo decidió tender una emboscada al enemigo: durante una noche de espesa niebla mientras al norte un pequeño destacamento tenía por misión lanzar un breve y mínimo ataque, el Cid saldría con el grueso del ejército por el sur vestidos de almorávides. Aunque era probable que la artimaña funcionara por la poca visibilidad, no dejaba de ser una misión tan desesperada como arriesgada, por lo que el Cid convocó a sus hombres y les dijo: “Al alba vedremos si la astutia de la nocte nos asistiere: liguémonos los mantos a la testa como si turbantes fueren e ataquemos sin mirar tras nos”. Hoy quiere decir actuar decidida y precipitadamente, de modo irreflexivo (sin tener en cuenta los posibles peligros, ni la opinión ajena).
  • Quitarse el sombrero:  Desde sus inicios, descubrirse la cabeza fue una actitud que reflejó reverencia ante una persona: un jefe militar, un dirigente político o un líder social. Con el tiempo, la costumbre se extendió para mostrar respeto ante una dama o para reconocer una acción muy lucida. Se considera que puede provenir de Francia, especialmente porque allí todavía se usa la expresión ¡Chapó! (en francés, chapeau, es decir, sombrero).
Quitarse el sombrero
  • Ser de alto copete: La expresión tiene su origen en la moda de los peinados y pelucas altos y a los sombreros muy elaborados de los siglos XVII y XVIII, propios de grandes señores y damas, de gente de alta posición social. Se llamó copete al cabello que las damas encumbradas traían levantado sobre la frente y al que subía unos palmos por encima de lo que era frecuente. Hoy en día se dice que alguien o algo es de “alto copete” para referirse a la gente o eventos de alta posición o distinción social.
  • Ser un pelagatos. El término es utilizado como insulto al hacer referencia a un sujeto de muy baja condición social, que a su pobreza une villanía. La frase se explica gracia al término gato, que según consta en el DRAE como segunda acepción es ‘bolso o talego en que se guardaba el dinero’. Y recibía tal nombre por hacerse con la piel de ese animal.
  • Ser un tiralevitas. Levita,  del francés  lévite es una prenda masculina de etiqueta, más larga y amplia que el frac, y cuyos faldones llegan a cruzarse por delante. Se dice de una persona que por conseguir el favor de otra se dedica a adularla, “es el tiralevitas del jefe” o también, un pelota.
  • Sacarse de la manga: El origen de esta frase está relacionado con los magos, puesto que muchos trucos de magia que siempre han sorprendido a la gente tienen que ver con objetos que se esconden en las mangas de sus túnicas. También tiene que ver con los tramposos que hacen trampas en los juegos de cartas, puesto que el truco más viejo es esconderse cartas en las mangas.
  • Tener manga ancha: Quiere decir ser permisivo. En un principio se decía del confesor que ponía poca penitencia o se mostraba comprensivo en exceso con el penitente, pues con esta expresión se alude a las amplias mangas de los hábitos monacales y a la comprensión que sus portadores suelen mostrar frente a la debilidad humana.
  • Tirar de la manta:  En el siglo XV, los judíos fueron expulsados de Navarra, salvo los que se convirtieron al cristianismo. Para distinguir las familias conversas del resto de los fieles, se colgaron en las iglesias unos lienzos, llamados mantas, con los nombres de sus miembros. La expresión ‘tirar de la manta’, que hoy significa revelar un secreto, se empleó en un principio para buscar en los lienzos el origen converso de una persona.
  • Tirar del hilo: En la actualidad usamos esta expresión cuando realizamos una búsqueda o investigación, y cuando se quiere sonsacar algo a alguien. Esta expresión se refiere a la acción de tirar del hilo que está enrollado en una bobina que, tras un largo proceso, llega a su fin. “Tirando del hilo descubrí que había estado de vacaciones en Londres”.
  • Vestirse por los pies: Tradicionalmente el hombre vestía pantalones y calzones como prenda propia y ambas se vestían empezando por los pies. Por contra, el vestido femenino se vestía por la cabeza. También tiene la frase un ligero tinte anticlerical, pues el clero vestía sotana y hábitos que también se vestían por la cabeza. Cuando se dice que una persona se viste por los pies quiere decir que es una persona caracterizada por los valores tradicionales masculinos, como el honor y la dignidad.
  • Zapatero, a tus zapatos. Según los testimonios de algunos historiadores, la frase fue pronunciada por Apeles, el pintor griego más célebre de la Antigüedad. Este artista acostumbraba a exponer sus cuadros en la plaza pública para escuchar directamente la opinión de la gente acerca de sus trabajos. Un día, Apeles había expuesto el retrato de una persona importante de su ciudad y un zapatero que pasaba por el lugar, se detuvo a observar la obra y criticó la forma de una de las sandalias del personaje. Apeles acató la observación del zapatero, llevó la obra a su taller, la rectificó y nuevamente la llevó al lugar de exposición. Cuando el zapatero volvió a contemplar el cuadro, al ver que el pintor había acatado su sugerencia, se sintió autorizado para extender sus críticas a otros aspectos del retrato, lo que motivó que Apeles, al escuchar esos comentarios, le dijera: “Zapatero, a tus zapatos”, expresión que hoy en día se utiliza para sugerir a alguien que se ocupe de sus asuntos. 

Hay muchas más expresiones como éstas relacionadas con el sector textil, pues tirando del hilo se puede descubrir que nuestra lengua está llena de locuciones, expresiones, refranes y dichos populares compuestos de términos textiles y referencias a la moda.

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